Reivindicando a los barrios populares, los estereotipos y sus problemas sociales y culturales según el entorno, el poeta y escritor César González presentó su libro “El fetichismo de la marginalidad”, en Espacio 73. Además, expuso a su público algunos de sus poemas y otras obras.
El realizador César González tiene un pasado que lo marcó. Entre los 16 y los 20 años estuvo preso por secuestro extorsivo, y fue en la cárcel donde descubrió escritores como Gilles Delleuze, Nietzsche, Rodolfo Walsh, Jorge Luis Borges y Julio Cortázar, entre otros. Allí incursionó también en el cine gracias a la técnica del stop motion, considerándose un cineasta con varios films en su haber.
Antes de comenzar con la exposición comentó que “me parece fundamental que existan las ferias del libro que duren tanto, y que desde el gobierno provincial se apueste a ello, siempre apuntando a lo artístico y cultural por lo literario. Es un momento donde la gente puede encontrar otras actividades y acordarse que existen los libros en una época atravesada por el celular y lo digital, por ende, es importante reivindicar la materialidad del libro”.
Dijo que «en esta oportunidad charlaré sobre mi libro que habla del fetichismo en la marginalidad, que es uno que agrupa una serie de ensayos que presentan una crítica a la forma de representar a los barrios populares en el cine y la televisión”.
Por consiguiente, expresó que “el libro aborda cuestiones que suceden en todo el país, y que por ahí son cuestiones de cada geografía o ciudad, pero aquellos que son problemas sociales, culturales y económicos son muy similares en todos lo barrios populares de Argentina, y charlar a partir de lo que eso generó a otras personas es importante”. Además indicó que el libro “trata de traer una mirada distinta sobre el universo de los barrios populares y deconstruir estereotipos en torno a ello”.
Finalmente, brindó una reflexión donde considera que “hay toda una complejidad sobre los barrios populares”, y citó una frase del Padre Mujica que indica que “lo único que hay que erradicar de las villas es la miseria, por el término mismo. Son lugares donde existen muchas necesidades básicas, pero también muchos patrones de su conducta son interesantes y siguen existiendo por el vínculo que es más cercano porque todo el mundo se conoce y habla”.